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La sequía complica las pasturas y los tamberos alertan
que faltará leche
|| Merino Soto || baenegocios.com
La falta de lluvias que afecta desde julio a las zonas tamberas de la provincia de
Buenos Aires complicó el crecimiento de los pastos necesarios para la alimentación de
los animales. La escasez de este insumo incidirá en forma directa en la producción
lechera, lo que anticipa una merma en las industrias. A ese escenario delicado se le sumó
la devaluación, que trajo más incertidumbre sobre la actividad.
La explicación es sencilla. Con menor cantidad de alimento, la vaca produce menos leche.
Y si bien el tambero puede recurrir a sustitutos como los granos, con la suba de estos
últimos se dificulta adquirir lo necesario para darle de comer al animal.
"Todos los modelos climáticos indican que hasta octubre no habrá agua, con lo cual
se está en un escenario de pasto muy complicado", señaló a BAE Negocios la
coordinadora de la Comisión Lechería de la Confederación de Asociaciones Rurales de
Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Andrea Passerini.
En la misma línea, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge
Chemes adelantó que "los aumentos de producción que se esperaba para la primavera
no van a llegar porque la crisis que arrastramos no permitió que le diéramos alimentos
de calidad a la vacas y eso se ve reflejado".
La producción hoy está estancada en 10.000 millones de litros de leche por año. De este
total, 2.000 millones se destinan a la exportación. Esto se puede lograr porque hay una
caída de consumo que lo compensa.
Es por eso que si el consumo interno se reactivara, ese equilibrio se quebraría. Esto
puede anticipar la necesidad de importar para abastecer a la plaza local.
Para que eso no suceda la producción debería ascender a 12.000 millones de litros y eso
implicaría la necesidad de créditos para que el tambero pueda invertir. Hoy no hay
política lechera que contemple esta situación.
El sector "viene de una crisis de arrastre, de descapitalización, el cual pese a que
tuvimos 4 o 5 meses de buenos precios aparece la devaluación después de las elecciones,
que impidió que empezáramos a levantar la cabeza", dijo Passerini.
En ese sentido, el precio pagado en agosto al tambero según el Sistema Integrado de
Gestión de la Lechería Argentina (Siglea) fue de $15.65 por litro. La mejora respecto de
julio fue de apenas 0,5%.
"En el mejor de los casos el precio se va a mantener o tendrá leves aumentos en los
próximos meses", adelantó Chemes.
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